Santiago de Compostela, 27 jul (EFE).- La envolvente cantante de jazz Diana Krall y la de su marido, el músico Elvis Costello, han unido esta pasada noche sus voces por primera vez en España al pie de la catedral de Santiago de Compostela, en una actuación repleta de complicidad entre ambos y acompasada por el sonido de las campanas del templo.
El concierto, programado con motivo de la Fiestas del Apóstol Santiago y patrocinado por la sociedad gestora del Plan Xacobeo, estaba concebido para que los músicos actuasen de manera correlativa -el segundo de estas características a nivel mundial-, aunque finalmente compartieron escenario en tres momentos diferentes.
El anticipo llegó durante la primera parte del concierto, la interpretada por Krall, con la versión de una canción del estadounidense Tom Waits titulada 'Claps hands' y Costello besando la mano al "amor de su vida".
El anticipo llegó durante la primera parte del concierto, la interpretada por Krall, con la versión de una canción del estadounidense Tom Waits titulada 'Claps hands' y Costello besando la mano al "amor de su vida".
"Soy afortunada en muchos sentidos", exclamó la canadiense durante su actuación para presentar ante el público de Compostela su duodécimo álbum, 'Quiet nights', repleto de melodías sensuales y con influencia de la bossa nova brasileña.
Los alrededor de 1.800 asistentes tuvieron que esperar hasta la segunda parte del concierto, la protagonizada por Costello, para disfrutar nuevamente del matrimonio al unísono. Fue con 'I 've got a right to cry', de la cantante Mandy Barnett, y la versión de 'Simple twist of fate', de Bob Dylan, entre otros.
Horas antes, Krall irrumpió puntual en el escenario, ataviada con un vestido negro, se sentó en su piano negro de cola y comenzó su actuación con un tema rítmico y bajo los aplausos del público.
Las campanas de la catedral interrumpieron gratamente y en varias ocasiones a la cantante y pianista, mientras el público recriminaba los inoportunos tintineos. "Me gusta. Lo hace interesante", expresó Krall, quien en otro tema intercaló, de manera improvisada, un "soy las once y treinta" minutos.
Emotiva y sensible, la cantante canadiense evocó a sus hijos, presentes en la actuación, al igual que hizo en un concierto en A Coruña en 2008, y compartió con el público "lo que siento acerca de mi familia" con una canción que aprendió de pequeña.
Los músicos de Krall le robaron cierto protagonismo con unos solos a la guitarra y al violoncello con los que el público vibró.
Pasada la media noche, un enérgico Elvis Costello tomó el relevo, embaucó a los asistentes desde el primer momento y regaló temas antiguos y más recientes, pues no se ciñió estrictamente a lo previsto, la presentación de su nuevo álbum 'Secret, profane & sugarcane'.
Expectante de que el sonido de las campanas acompañasen alguna canción suya, Costello saludó al público con un 'Buenas tardes, buenos días' y comenzó su repertorio, entre el que figuraron composiciones como 'Red shoes', de 1977, 'Good year for the roses', de 1981, y 'The delivery man', de 2004.
El británico y 'The Sugarcanes' dieron un primer adiós con la canción 'Don't lie to me' y regresaron con 'She', que despertó la admiración del público, y 'Sulphur to Sugarcane', de su último álbum.
Tras cantar la última canción juntos y bajo los gritos de 'bravo, bravo', la pareja abandonó el escenario para poner rumbo a Portugal él y dirección Francia ella.
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