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lunes, 28 de septiembre de 2015

Article: DIANA KRALL - Concert - Madrid, Barclaycard Center - 22.09.2015


Diana Krall, una reina de las baladas

Miércoles 23 de Septiembre de 2015 09:02
No podía dejar pasar esta oportunidad en que Diana Krall da un concierto en Madrid, mi ciudad, para escribir un artículo sobre ella, una de las cantantes de jazz más internacionales, además, por supuesto, de asistir a su concierto. En la gira que Diana Krall está llevando a cabo para presentar su último disco, Wallflower, hay programados dos conciertos en sendas ciudades españolas. El 22 de septiembre en Madrid y el 26 del mismo mes en Barcelona, donde ya actuó en su anterior gira de hace tres años. Casualmente el día 26 tengo previsto estar en Barcelona, pero allí mi agenda será más apretada, así que me decanté por sacar entradas para el de Madrid, en el Palacio de Deportes (ahora Barclaycard Center, así es la vida). Por cierto, creo que el precio de las entradas es un pelín alto para la que está cayendo.



Diana Krall

Dentro del panorama actual de las vocalistas de jazz no son muchas las que puedan estar a la altura de Diana Krall, al menos en lo que a éxitos de ventas se refiere. En ese apartado quizá sólo la supere Norah Jones, cuyas ventas de discos se cuentan por decenas de millones. Otras divas actuales del jazz, como Patricia Barber, Madeleine Peyroux,Stacey Kent o Cassandra Wilson, sin que tenga intención de compararlas (que nunca lo haré), no creo que la superen en esa faceta ligada en parte a los aspectos comerciales. Pero no quiero seguir dando nombres de vocalistas porque son muchas las que hay y muchas las que me gustan. En España también tenemos un buen elenco de excelentes cantantes de jazz (algunas de ellas ya pasaron por este blog). Así que ahora me ceñiré a hablar de Diana Krall.

Diana Krall no es sólo una excelente cantante, sino también buena pianista y compositora. Como ocurre con muchos otros músicos que han llegado a lo más alto, la carrera musical de Diana comenzó en su infancia, a la edad de cuatro años, en la pequeña localidad canadiense de Nanaimo en la que nació y en la que tanto su padre como su madre eran pianistas. Para cerrar el ciclo de familia musical, en 2003 se casó con el músico británico Elvis Costello. A los 17 años obtuvo una beca para estudiar en el prestigioso Berklee College of Music de Boston, escuela de formación de la que tantos grandes músicos han salido. Tiene publicados 14 álbumes, desde el primero, Stepping Out, en 1993 hasta este último que se puso a la venta en febrero de este año 2015, Wallflower. Diana Krall ha obtenido cinco premios Grammy y como aún es joven (50 años no es nada) y le queda mucho por ofrecernos, a buen seguro que obtendrá varios premios más.

Los trece álbumes anteriores a este que ahora presenta están llenos de estándares de jazz. Muchos de ellos temas de los mejores compositores y que han sido cantados por las y los más grandes vocalistas y que en el caso de Diana cobran una sonoridad distinta. Y es que Diana tiene una clara y definida personalidad. No intenta imitar a ninguna de las grandes divas que le han precedido o que son sus contemporáneas en el mundo del jazz vocal. Sus interpretaciones tienen siempre el sello personal que ella les imprime basado en una cadencia y tempo lentos y una voz un punto grave y algo rasgada, pero muy melodiosa, lo que hace que sea considerada como una de las mejores cantantes de baladas de jazz, bossa nova o de la fusión de ambos. Tomemos un ejemplo: en 1927 George Gershwin compuso 'S Wonderful, con letra de su hermano Ira, un tema que han interpretado desde entonces los mejores cantantes, no solo de jazz. En los años setenta del pasado siglo Klaus Ogermann, que ya había trabajado con Antonio Carlos Jobim en varios temas de bossa nova, hizo unos arreglos de 'S Wonderful para adaptarlo a este ritmo -versión que popularizaría enormemente Joao Gilberto- y Diana Krall lo incluyó en su CD The Look of Love, editado en 2001. Las interpretaciones de una y otra versión han sido numerosas y muchas de ellas de una extraordinaria calidad, pero es posible que la versión grabada por Diana tenga un tempo distinto a las demás, más lento, sin que eso signifique que la prefiera a algunas otras, simplemente intento remarcar una de las características que definen a esta cantante y pianista. Y no es ese el único tema que puedo poner de ejemplo, porque hay muchos otros, en algunos de ellos llego a pensar que será difícil encontrar un metrónomo capaz de medir ese pulso.

Su último disco (hasta ahora) difiere de todos los anteriores en que en él no se incluye ninguna composición de las llamadas estándares de jazz. Hay temas de The Mamas & the Papas, Eagles, Leon Russell, Gilbert O'Sullivan, Bob Dylan, Paul McCartney, Elton John, Jim Croce, 10cc, Randy Newman y Neil Finn con los que Diana Krall ha confeccionado este álbum que ahora presenta. Un disco editado por Verve Records de una gran calidad y que también está disponible en plataformas como iTunes o Spotify. Pero esta selección de temas que ha hecho Diana para su nuevo disco ha supuesto que los críticos de jazz más puristas no lo consideren dentro de este género, pese a los arreglos que ha hecho David Foster, que si bien es cierto que no es un jazzman, es un afamado compositor y arreglista capaz de muchas cosas.

No son temas de jazz, sino casi todos clásicos del pop muy bien elegidos por Diana Krall y David Foster en la línea melodiosa de la cantante. El único tema que tiene un ritmo y un tempo algo más rápido es Operator, que compuso Jim Croce en el año 1972, aunque interpretado por debajo de los de su creador. Me parece un disco magnífico del que no sabría decir cuál de los temas me gusta más. Quizá si Diana lo ha titulado con el nombre de la composición de Bob Dylan, Wallflower, sea porque es su preferido (o quizá no). Es una canción preciosa. Creo que a Diana Krall no se la puede encasillar únicamente, ni ahora ni antes, en la categoría de jazz singer, porque ella ha abordado muchos estilos llevándolos siempre al terreno que le gusta y domina, que es el de la balada, y aunque haya intentado (y seguramente conseguido) acercar el jazz al gran público.

No considero que el Barclaycard Center (o Palacio de Deportes) de Madrid sea el mejor escenario para este tipo de conciertos. Ya sé que en los últimos años se han celebrado muchos -este mismo mes de septiembre varios de música pop y rock- y hasta alguno de música clásica -la osadía no conoce límites-, pero me hubiera gustado más un auditorio o teatro con mejor acústica para escuchar a Diana Krall y he de suponer que ha habido condicionantes de fecha, de aforo o de otra clase que han hecho decantarse por este lugar a los promotores del concierto (entre paréntesis diré que la organización dejó bastante que desear). En las demás ciudades europeas de esta gira el escenario es más adecuado para un concierto de estas características, salvo el MEO Arena de Lisboa que también es, como el de Madrid, un pabellón deportivo reconvertido para alojar eventos de todo tipo. Pero pese a lo inadecuado y desangelado del lugar disfruté del concierto de Diana Krall, de escucharla y verla en directo, algo que aún no había tenido la ocasión de hacer.




Dos momentos del concierto, Madrid 22 septiembre 2015


El de Madrid es el primer concierto de esta gira europea que finalizará el 27 de octubre en Estambul y cuyo objetivo principal, como ya he dicho, es la promoción de su discoWallflower, pero no fue en el contenido de ese disco en lo que se centró principalmente el concierto. Diana estuvo acompañada en este concierto por Anthony Wilson (guitarra),Dennis Crouch (bajo), Stuart Duncan (violín), Karriem Riggins (batería) y Patrick Warren (teclado). Excelentes músicos todos ellos, que en algunos momentos del concierto nos dejaron unos solos para recordar, sobre todo la guitarra de Anthony Wilson y el violín de Stuart Duncan.

Y aquí se cambió el tercio. Diana Krall, que es veterana en estas lides, sabe que el directo es otra cosa y que si actúa para más de dos mil personas hay que meter caña y desmelenarse un poco y vaya si se movió ese pelo rubio. Y así comenzó el concierto, con el ritmo de We just coudn't say goodbye, que está incluido en su álbum anterior Glad Rag Doll, para seguir con un rítmico y sensacional On the Sunny Side Of the Street a mayor velocidad de la que se aprecia en su primer disco, Stepping out, uno de mis temas preferidos (son muchos) y que compusieron en los años treinta Jimmy McHugh y Dorothy Fields. Y los temas más melodiosos no llegaron hasta el cuarto en que la banda interpretó Just Like a Butterfly That's Caught in the Rain. Y más adelante empezaron los temas incluidos en Wallflower, empezando por el que da título al disco y siguiendo conCalifornia Dreamin' y Desperado. Y ya no hubo más temas del disco, porque Diana volvió al jazz más clásico. Tiene claro que no quiere que el público deje de identificarla con el jazz. Terminó el concierto, Diana y sus músicos se fueron del escenario pero el público no, insistiendo en que volvieran. Y se hicieron de rogar, porque tardaron lo suyo en volver a salir para interpretar otros tres temas, empezando por East Of The Sun (And West Of The Moon).
Me gustó el concierto y me sorprendió gratamente Diana Krall en directo con esos magníficos músicos. Vuelvo a insistir -ya lo he dicho muchas veces- que el directo es otra cosa. Pero la próxima vez que venga a Madrid, por favor, llevadla a otro sitio.


Publicado en Jazz actual



    Leopoldo SimóE-mail: leopoldo.jazz@gmail.com





miércoles, 28 de agosto de 2013

Photos: DIANA KRALL AT THE PRICE CIRCUS, MADRID 2013


Diana Krall performing for the "Veranos de la villa"
at the Price Circus, Madrid.













Copyright ©2013 Nathalie Paco. All Rights Reserved.


martes, 13 de agosto de 2013

Photos: Diana Krall Performs in Madrid (www.zimbio.com)

Diana Krall performs on stage at Circo Price in Madrid.
 (July 25, 2013 - Source: PacificCoastNews.com












viernes, 26 de julio de 2013

Photos: DIANA KRALL - 25 July -Madrid, ES, Circo Price

DIANA KRALL
Roberto Fierro
Fotos para el Web Magazine The Concert in Concert (www.theconcertinconcert.com/) Diana Krall



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Diana Krall en live à Madrid : photos










Depuis quelques mois, la chanteuse de jazz Diana Krall est de retour dans les bacs avec son nouvel album "Glad Rag Doll". Un disque qui entraîne l'artiste canadienne dans une grande tournée mondiale. Et avant de s'attaquer aux États-Unis, c'est en Europe qu'elle donne de la voix. Hier soir, le public espagnol pouvait la retrouver à Madrid, avant qu'elle ne vienne en France le 30 juillet pour le Festival "Jazz in Marciac".


Concert: DIANA KRALL - 25 July -Madrid, ES, Circo Price












Diana Krall performs on stage at Circo Price in Madrid In This Photo: Jazz Diana Krall performs on stage at Circo Price in Madrid.



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Article: 
Una diva seductora y cercana

Diana Krall ejerció de anfitriona atenta, sonrió sin disimulo, dio conversación y fue generosa con las partituras

Fernando Neira Madrid 26 JUL 2013 - 00:36 CET

Apareció la hermosa dama rubia de ondulada cabellera con aire escurridizo, asomándose por el lateral para tomar posesión de la banqueta, ajena a esos 1.900 pares de ojos que la contemplaban sin pestañear. Fue el único gesto huidizo de Diana Krall durante su noche en el Price. Lejos de aquella frialdad hierática de antaño, ayer ejerció de anfitriona atenta, sonrió sin disimulo, dio conversación, fue generosa con las partituras y, sobre todo, suministró la mejor lección de sensualidad sutil (aún te queda por aprender, Norah Jones) que se recuerda en meses. Ni rastro de aquella diva ausente y perfección anodina que apareció por estos Veranos de la Villa tres años atrás. Diana sedujo con sorna y sin estridencias, improvisó el repertorio sobre la marcha y dejó la sensación, ahora sí, de disfrutar con su trabajo. “Imaginen que están en el salón de casa”, sugirió cuando se quedó sola en escena, justo antes de suscitar un referéndum sobre qué canciones abordar.

Si algo no le imaginábamos a Krall es un apartado de peticiones del oyente, pero anoche se mostró, quién sabe si por influencia de su santo esposo, más ecléctica que nunca. De Elvis Costello eligió para el cierre Almost blue, pero antes había transitado por Tom Waits (un Temptation carnal y canalla, con el extraordinario trabajo del batería Karriem Riggins y el guitarrista Aram Bajakian), Dylan (Simple twist of fate en un susurro), Nat King Cole (Exactly like you, dedicatoria incluida a sus retoños), Fats Waller (I’m gonna sing right down, aprendida junto a McCartney) o, en la impresionante fase de orgullo canadiense, Neil Young (Man needs a maid), Joni Mitchell (A case of you) y ¡The Band! (Ophelia).

“Hay demasiadas grandes canciones que interpretar”, exclamaba esta Krall cercana y cómplice, empática y, sobre todo, poseedora del don para alternar ternura, carnalidad y melancolía en cada frase. Tan cómoda como si estuviera bajo la ducha, pero –a diferencia del personaje de Woody Allen- sin necesidad de ducha. Al neoyorquino le encantarían esas poco difundidas canciones de los años veinte que la de Nanaimo ha rescatado para su último disco; piezas sencillas y memorables sobre amor o rupturas, chaparrones y baños de sol. Un material con el que ayer nos supo transmitir las ganas de seguir viviendo y asumir que esto es bonito mientras dure. Aunque, bien lo sabemos en estos días, pueda interrumpirse para siempre en un solo instante aciago.


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Veranos de la Villa 2013: Diana Krall










MADRID, SPAIN - JULY 25: Diana Krall performs on stage at Circo Price on July 25, 2013 in Madrid, Spain.

Image ByMiguel Pereira   CollectionRedferns   Getty Images


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El metro de platino iridiado

(www.elmundo.es)



Diana Krall, anoche, en Madrid. | Efe



Javier Martínez | Madrid
Actualizado viernes 26/07/2013 10:22 horas

"Tan lejos, tan cerca"», susurra Diana antes de interpretar 'Almost blue', el último de los tres bises, compuesto por su esposo, Elvis Costello, que en la noche de ayer actuaba en el Festival de Jazz de San Sebastián. Ella lo hará el domingo, tres fechas después de su brillante paso por Madrid (donde llenó el Circo Price, algo infrecuente en este verano de crisis aguda y taquillas pálidas en la Ronda de Atocha) y Girona, que acoge mañana la segunda de sus presencias en España. Ha venido con ‘Glad Rag Doll’ como gancho, pero también pasea sus manos y su voz, pues esta vez será más cantante que pianista, alrededor de los temas que hace tiempo la convirtieron en una artista de vocación jazzística con calado de diva del pop. Así lo atestigua su éxito comercial, ejemplificado en Madrid con la presencia de un público heterogéneo, que no ha querido perder la ocasión de ver y dejarse ver en la gran cita de Los Veranos de la Villa.

Sin abandonar el lugar preferente que le corresponde como pionera a la hora de revisar el gran libro de la música americana en las dos últimas décadas, Diana Krall (Nanaimo, 1964) trata de no anquilosarse en una propuesta a la que dedicó unos cuantos álbumes, entre los que merecen especial reconocimiento 'All of you', un tributo a la música de Nat King Cole, y 'Only trust your heart', al amparo del bajista Ray Brown, antes de irrumpir en el mercado con el célebre ‘When I look in your eyes’, también producido por Tommy LiPuma.

Se detuvo anoche en algunos temas de Nat King Cole, pero vertebró su concierto a partir del aire nuevo que imprimió a su carrera la relación con Costello, iniciada con 'The girl in the other room', su álbum de 2004. Los nuevos arreglos de 'Temptation', composición de Tom Waits, dieron vuelo a una velada con abiertas evocaciones a Bob Dylan y a sus compatriotas Joni Mitchell y Neil Young, a quien se acercó, sola ante el piano, recorriendo con mimo melodías que viajaron desde 'Harvest' a ‘Harvest moon’.

Esgrime la canadiense un humor fino, con su punto de mordacidad, que la permite eludir cualquier tentación sensiblera a la hora de homenajear a la familia, también a esos dos críos a los que imagina 'aún sin acostarse, jugando a las cartas y fumando cigarrillos'. Conecta pronto con el público a través del magnetismo de quien conoce al dedillo todos los resortes del espectáculo. No está Marc Ribot, cuya afilada guitarra añade vigor a su trabajo de 2012, recorrido por las canciones de los años 30 del siglo pasado que escuchaba junto a su progenitor, pero Aram Bajakian y Stuart Duncan, modélico con el violín, reivindican a una banda bien armada, que completan la muñeca grácil de Patrick Warren a la batería, el bajo solemne de Dennis Crouch y el aderezo de Karrien Riggins en los teclados. Exculpada queda de la reinterpretación de 'Lonely avenue', el clásico de Doc Pomus cuyo listón dejó Van Morrison demasi'do alto.

Se despide por dos veces, de pie, vestido negro, corto, estampado, y zapatos de generoso tacón, escoltada por los músicos. Antes, en la primera de las réplicas, ha dejado impresa la emoción con 'Boulevard of broken dreams', referencia de aquellos años junto a la guitarra de Russell Malone, cuando la ambición rubia aún no se había convertido en un fenómeno de masas.


Fuente: www.elmundo.es