domingo, 11 de abril de 2010

ARENA MONTERREY - 11 DE ABRIL - MEXICO






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La sensualidad de Diana Krall hechizó a los regios durante la presentación como parte de su gira Quiet Nights, la cual, al contrario de lo que se pensaría, no fue nada quieta, pues desde los primeros acordes de una batería, la guitarra y el contrabajo, además del indispensable sonido del piano, la canadiense elevó los sentidos de los presentes, quienes permitieron desde el primer minuto dejarse llevar por el ritmo y la voz de La Diosa del Jazz.


Fue la noche de ayer en la Arena Monterrey cuando con su melena rubia y rizada apareció puntual en el escenario Diana, quien intentó practicar ante miles el idioma español.

“Buenas noches, Monterrey, cómo están”, comentó para luego preferir mejor charlar en su idioma, mostrando su entusiasmo de poder estar en la ciudad: “Estoy muy contenta de estar en esta hermosa ciudad y poder tocar para todos ustedes”, indicó.

Durante una hora y 40 minutos, la jazzista tomó posición en el templete frente al contrabajo y la batería, dando la espalda a la guitarra, aprovechando para presentar algunas piezas de su más reciente álbum de estudio y otros grandes éxitos de su disco debut Stepping out.


La originaria de Vancouver logró una noche íntima, pero muy energética con temas que enloquecieron a los asistentes, quienes sin importarles el término de cada una de las melodías, alzaban las palmas para ovacionar a su ídolo.

“I love being here with you”, una clásica melodía instrumental, sirvió como marco para arrancar la terna de temas que completaron la extensa lista de canciones que llegó a las 21.

Aunque la respuesta del público no fue la más esperada, en todo momento éste reconoció el talento de la canadiense, quien durante su actuación viajó por los terrenos del jazz con algunos tintes de pop.

Un escenario sencillo con luz tenue en distintos tonos fue perfecto para la velada.

“So nice”, “Boulevard of broken dreams” y “Exactly like you” también formaron parte de la noche.

Ataviada en un vestido corto color negro, tacones y accesorios dorados, Diana Jean Krall complació con su bella voz de tono contralto, entre tenor y mezzosoprano, provocando que este concierto quede grabado en la memoria de los amantes de la buena música.


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